lunes, 27 de diciembre de 2010

NAVIDAD



23 de Diciembre, 2010. Noche.
La raíz se aferra a la tierra. Hunde sus piernas y sus dedos en las entrañas del misterio. sobre ella se erige, imponente, hierático, el tronco de un árbol. Es grueso, fuerte, alto. Antes de abrir sus ramas a la inmensidad, una figura se cincela en la madera. Es un alto relieve. Una Mujer, de pie, con los brazos abiertos y las palmas de sus manos hacia mí. Sobre su vestido, por su espalda, cae un manto, la talla revela una tela fina, suave. ella está allí. ahora sí, el árbol se despereza, abre su follaje, se hace casa de muchos animales.

25 de diciembre, 2010. Noche.
Soy varón. Voy a dar a luz. Estoy en cama. Un grupo de personas atienden mi parto. No sé cómo he quedado embarazado, sólo sé que de repente llegó la hora de alumbrar. Con un poco de esfuerzo, pero sin complicaciones ni dolor, me ayudan a sacar de mi estómago a un bello niño. Es pequeñito, frágil. ¡Creo que yo tengo un bolsillo en mi vientre, algo así como un canguro. En realidad el niño nace de aquel estómago en forma de bolsa. Asoma la cabeza, luego el cuerpo. Llora. Está sano. Es un Niño. Hay felicidad.